Enfermedades Autoinmunes, Desórdenes Gastrointestinales y el Microbioma en la Esquizofrenia

La esquizofrenia es un desorden mental complejo que comprende sintomatología psicótica consistente en delirios, alucinaciones, desorganización cognitiva, apatía y aislamiento. Su etiología ha sido objeto de múltiples investigaciones a lo largo del tiempo, sosteniéndose hasta la actualidad que pudiese provenir de la interacción entre variables genéticas y ambientales. La revisión llevada a cabo a continuación corresponde a un resumen del trabajo desarrollado por los autores Severance, Yolken y Eaton (2016), en el artículo originalmente titulado “Autoimmune diseases, gastrointestinal disorders and the mocrobiome in schizophrenia: more than a gut feeling”.

En relación a dicho trastorno mental, en los últimos 50 años, se ha despertado un creciente interés por estudiar la posible asociación entre éste, la disfunción del sistema inmune y los desórdenes gastrointestinales, es decir, la relación neuro-patógena entre el cerebro y el intestino.

Especialistas detectaron una baja prevalencia de artritis reumatoide en pacientes con esquizofrenia, abriendo campo para investigaciones acerca de esta relación. Un estudio encontró que quienes padecían de este trastorno mental tenían una alta incidencia del antagonista del receptor de la citoquina IL-1, protegiéndolos de esta enfermedad autoinmune.

Por su parte, se ha estudiado la relación entre los regímenes alimentarios y los desórdenes autoinmunes, encontrándose que ciertas enfermedades pueden ser desencadenadas por antígenos y productos derivados del tracto gastrointestinal, siendo una de éstas la enfermedad celíaca ya que al ser ingerida la proteína del gluten, derivada del trigo, por quienes son genéticamente susceptibles, se desarrolla una reacción inmune que daña el revestimiento epitelial del intestino delgado.

Investigadores observaron la correlación entre el consumo de trigo y las hospitalizaciones por esquizofrenia. Casos como el de Graff y Handford (1961), quienes en 1953 y 1961 notaron una alta prevalencia de enfermedad celíaca en sus pacientes psiquiátricos, y el de Dohan (1966) quien encontró que los países en los cuales, debido a situación de guerra, se había disminuido el consumo de trigo presentaban una baja en admisiones hospitalarias por esquizofrenia, mientras que en los países con un incremento en el consumo del trigo las hospitalizaciones por dicho trastorno mental habían aumentado, han sido emblemáticos para ésta área de estudio.

Otras investigaciones reportaron que al eliminar el consumo del gluten en pacientes esquizofrénicos disminuía significativamente o se eliminaba la sintomatología.

En estudios moleculares se ha encontrado que tanto la esquizofrenia como la enfermedad celíaca se asocian con el brazo corto del cromosoma 6, en donde se encuentra el HLA (Human Leucocyte Antigen), y el brazo corto del cromosoma 19 con el locus MY09B. Este hallazgo fortalece la relación entre inmunidad y esquizofrenia.

A través de la revisión de registros médicos se observó que el diagnóstico de enfermedad celíaca en el paciente o sus familiares aumentaba el riesgo de aparición de esquizofrenia en un 2.7.

Con estos hallazgos la comunidad científica ha expandido su interés en el estudio de la relación entre la esquizofrenia y otras enfermedades autoinmunes. Se ha observado que el diagnóstico de infecciones o enfermedades autoinmunes en el paciente o sus familiares aumenta significativamente el riesgo de padecer de esquizofrenia más adelante en la vida.

Una vez planteadas hipótesis etiológicas para la esquizofrenia en la enfermedad celíaca y otras enfermedades autoinmunes o infecciones, se amplió el rango de búsqueda de posibles causas. Algunos investigadores exponen el planteamiento de las llamadas “exorfinas”, péptidos derivados de la proteína del gluten o la caseína, que pueden pegarse a los receptores de opioides en el cuerpo y el cerebro, desencadenando una reacción patológica en el organismo ya que tienen un tránsito libre a través del tracto gastrointestinal.

En personas con esquizofrenia se ha encontrado una alta prevalencia un anticuerpo denominado ASCA (Anti-saccharonyces cerevisine), el cual se activa ante ciertos antígenos derivados de la comida, provocando inflamación intestinal. Estos niveles del anticuerpo son hallados años antes de la aparición de la enfermedad, en estadios tempranos y en pacientes sin medicación, lo que pudiese apoyar la hipótesis acerca la inflamación como un variable pre mórbido y causal de la esquizofrenia.

Se ha reportado que existen procesos inflamatorios del tracto intestinal que no se deben a la enfermedad celíaca sino a una sensibilidad al gluten, encontrándose que otros trastornos gastrointestinales como la colitis, el síndrome del colon irritable y la enfermedad de Crohn se hallan en alta prevalencia en la esquizofrenia.

Lo anteriormente expuesto implica que una vez que se comprometen las barreras del intestino y el SNC, a través de la permeabilidad causada por la segregación de zonulina en presencia de los péptidos del gluten, éstos pueden entrar en la circulación general del organismo.

Otra forma en la que se compromete la barrera epitelial y endotelial es la infección por virus o parásito, planteándose el Toxoplasma Gondii como un factor de riesgo importante en la esquizofrenia. La T. Gondii impacta la micro biota, lo cual causa inflamación y translocación de la bacteria. La micro biota activa el sistema inmune a través de inflamación de bajo nivel para eliminar los antígenos de la circulación.

Se plantea a la microbiota como un elemento de gran importancia en el estudio de las enfermedades autoinmunes y gastrointestinales ya que está integrado por 5 grupos de bacterias, denominados Firmicutes, Bacteroidetes, Actinobacteria, Proteobacteria y Fusobacteria, predominando los primeros tres en el colon. Se hipotetiza que la traslocación de estas comunidades microbianas pueden contribuir con la inflamación en el tracto gastrointestinal.

Otro hallazgo que corrobora la etiología inmunológica en esquizofrenia es la activación del complemento y la presencia de complejos inmunes en esta patología.

Pudiese decirse que la esquizofrenia, la sensibilidad a comidas y la inflamación serían el resultado de una alteración en la composición del micro bioma.

Artículo de Referencia:

Severance, E. Yolken, R. Eaton, W. (2016). Autoimmune diseases, gastrointestinal disorders and the mocrobiome in schizophrenia: more than a gut feeling. Schizophrenia Research, 176, 23-35.

Resumido y adaptado al español por:

Rojas, R. Maldonado, M. Valente, C.

Instituto de Neurología y Neurociencias Aplicadas

Marzo, 2017

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