Sueño-Infancia

El sueño en la infancia

Un bebé puede dormir hasta 20 horas diarias, esas horas van disminuyendo hacia la adultez a 8 horas en promedio, en este periodo el Sistema Nervioso va madurando y el niño va creciendo esto depende en un alto grado de la cantidad de horas de sueño. Durante la primera hora de sueño el organismo produce el 60 por ciento de secreción total de la hormona de crecimiento (GH). Por este motivo resulta evidente que el sueño tiene un papel fundamental en todas las esferas del desarrollo infantil, e influye en el crecimiento, la conducta, el rendimiento escolar y atlético.

Dormir bien es fundamental, especialmente durante la infancia. Los niños deben dormir el tiempo adecuado ya que el crecimiento del sistema nervioso depende de esto. Por desgracia actualmente el 70 por ciento de los niños venezolanos no duerme las 10 horas que se consideran necesarias. De ellos el 30 por ciento padece síntomas de somnolencia durante el día y pueden presentar somnolencia diurna. Hay que destacar también que desde 1980 la hora de acostarse de los niños se ha ido retrasando de manera creciente, aproximadamente en unos 30 minutos, y el 66 por ciento de los niños entre los 10 y 15 años deciden ellos mismos la hora de irse a dormir. Es muy frecuente la exposición a la televisión por la noche ya que una gran parte de esos niños tienen el televisor en sus cuartos y a esto se le agrega el uso de tabletas, teléfonos inteligentes, los laptops y la PC; todos esos aparatos emiten luz azul que bloquea la producción de melatonina, (la hormona del sueño) y al apagar estos aparatos se puede retardar en 90 a 120 minutos la producción de melatonina produciendo menos horas de sueño profundo. Estos son estímulos negativo pues hace que el niño permanezca más tiempo en vigilia.

 

Consecuencias de la falta de sueño en niños

Dormir mal durante la infancia es especialmente grave. Al dormir menos horas el niño se mostrará más distraído y cansado durante el día, y con ello su aprendizaje y su capacidad de atención se verán seriamente perjudicados. El cansancio aumenta también la irritabilidad, con lo que sus relaciones sociales se verán afectadas.
Además la falta de sueño a esta edad predispone a padecer trastornos del sueño en la edad adulta. Las alteraciones del sueño son frecuentes en la infancia y, a diferencia de las que se producen en la edad adulta, afectan también a la calidad de vida de todo el entorno familiar. Para combatir el problema es muy importante que desde pequeños los padres establezcan rutinas que favorezcan el sueño en los niños.

 

Dr. Isaac Mosquera S.

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